martes, 16 de julio de 2013

Robots contra huracanes, la CF de Guillermo del Toro


Ciencia ficción de misiles, explosiones, peleas a lo Power Rangers y monstruos, precisamente, a lo Guillermo del Toro. Eso es lo que promete el tráiler de Titanes del Pacífico y eso es lo que nos brinda.

Todo en esta película está al servicio del show, de lo exagerado, de la opulencia que se permiten los directores que saben usarla bien; cada día surgen del mar bestias extraterrestres, los kaijus, irracionales y enormes a las que sólo se puede detener destruyendo la mitad de la ciudad que ellas no habían atacado.

Por alguna razón este método espectacular y a lo gorila para defender a la humanidad es el único que se les ocurrió a los líderes de todo el mundo, cuando resultó que ya no era tan eficiente estos mismos le dan un ultimátum al políticamente inepto comandante del programa y lo envían junto con todos sus robots a un cuartel costosísimo y sin filiación a nación alguna en Hong Kong.

Un frágil muro que cubra todas y cada una de las costas del pacífico y que consuma la mitad del hierro disponible sería nuestra nueva defensa.

Así que no se preocupe lector, no verá una de esas películas casi burocráticas donde un carismático presidente de los EE UU resuelve el día para todos. No verá tampoco escenas ultra detalladas donde se invierte más en el equipo de programadores que el de escritores.
En todo caso no dejará  de darse cuenta de que está viendo un filme de Del Toro, todo tiene su sello:

Los personajes -todos con traumas familiares-, las máquinas, un contrabandista salido de Hell-boy quien es el único que aprovecha el potencial económico de los cadáveres (los kaijus destruyen las megalópolis y el mercado negro es el único con la concesión explícita para sacar dinero de ello) y como en toda película de CF con miras al éxito, un par de científicos excéntricos que confirmen todos y cada uno de los clichés sobre ellos, en efecto, el matemático con problemas psicomotores necesita llenar más de cinco pizarrones para calcular una proporción inversa (el número de monstruos que aparecen aumenta y el lapso en el que lo hacen disminuye)

Por último, dado que en toda la base militar sólo hay dos investigadores (un biólogo que apenas recibió su doctorado y el matemático antes mencionado) es natural que la brillante solución al conflicto no provenga de la ciencia sino del comandante valiente pero en el fondo cariñoso y protector.

En fin querido lector, le recomiendo preparar sus ojos y sus oídos para ver esta película y le pido no se pregunte por qué es una buena idea decidir en un instante detonar una bomba atómica en medio del Pacífico.

Ah y por cierto, no olvide verla en 3D.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario