Hay que tomar un mensaje importante de ella; el cambio climático está sucediendo sin duda y es verdad que entre sus efectos se cuenta la intensificación de los fenómenos naturales. Los huracanes y ciclones son más intensos y las sequías son más prolongadas. Sólo hace falta ver algunos ejemplos: En las cuencas hidrográficas de Níger, el lago Chad y el Senegal el agua disponible se redujo entre cuarenta y sesenta por ciento por lo que desertificación en África se agrava. Por otro lado ha habido grandes inundaciones como las del Rhin en 1996 y 1997, las de China en 1998, las de Europa Oriental en 1998 y 2002, las de Mozambique y Europa en 2000 y las provocadas por el monzón de 2004 en Bangladesh que sumergieron al 60% de ese país. (Ricart, 2009) No olvidemos tampoco el caso en nuestro país de la inundación del estado de Tabasco en el año 2007.
Éstas tormentas no tienen efectos como la congelación instantánea de lo que se encuentre al aire libre, pero no cabe duda de que la destrucción de miles de hogares y la pérdida de cientos de vidas son efectos igual de dramáticos. En todo caso, el riesgo de que la ciudad de Nueva York y sobre todo la isla de Manhattan queden bajo el agua es real. Ese riesgo también lo comparten varias ciudades alrededor del mundo: Según la OECD, con el ritmo actual de incremento del nivel del mar, las 10 ciudades con mayor peligro de inundación para la población en el año 2070 son: Calcuta y Bombay en India, Dacca en Bangladesh, Guangzhou en China, Ho Chi Minh en Vietnam, Shangai en China, Bangkok en Tailandia, Rangoon en Myanmar, Miami en EE UU y Hai Phong en Vietnam. (Ibid.) El incremento en el nivel del mar se debe principalmente al retroceso de los hielos polares y el derretimiento de los hielos de las altas montañas, lo cual le ocurre al 90% de los glaciares del planeta.
De manera que al contrario de lo que vemos en el largometraje, el invierno no azotará al planeta, al contrario, el invierno parece desfasarse y retroceder; durante el siglo pasado las temperaturas del aire ártico aumentaron aproximadamente 5 ºC, diez veces más de lo que aumentó la media mundial. En el hemisferio norte la cubierta de nieve disminuyó 10% desde los años sesenta y la duración media del hielo en lagos y ríos se redujo en dos semanas. Espectacularmente, varios edificios en Rusia se derrumban debido a que la capa de permafrost en la que se asientan se está derritiendo.
Como conclusión, tras ver los datos anteriores, El día después de mañana nos remite a hechos reales y es una forma de darle un mensaje al público sobre los efectos sociales de una catástrofe. Es inevitable que una película de Hollywood sacrifique la objetividad para hacer una producción más espectacular, así que dejaremos de lado los hechos chocantes como el que todos los problemas deben ser resueltos por los EE UU o el mensaje sobre la migración de ese país al nuestro. Más que esperar una solución del todo poderoso presidente estadounidense a los problemas que se avecinan, hay que buscar una forma de evitarlos y solucionarlos. De la misma forma en que los problemas aumentan de forma gradual pero sin detenerse, nuestras soluciones necesitan ser graduales -por el tamaño de la población pero sin que se detengan. No se exigen acciones heroicas y desesperadas como las de los personajes de la película sino acciones razonadas, eficaces y radicales -aunque no en el sentido en el que la ciencia ficción suele darle a esa palabra- que modifiquen nuestro estilo de vida para hacerlo más amigable con el ambiente.
RICART, J. et. al. (2009) Desafío ecológico. Riesgos y soluciones para un planeta amenazado. Tomo 1, México, SEP.